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miércoles, 23 de mayo de 2012

Fuga de capitales y corridas bancarias en la eurozona

Fuga de capitales y corridas bancarias en la eurozona


Credito:
Raúl Aníbal Feliz
La crisis financiera de la zona euro se ha vuelto peligrosa. La semana pasada vislumbraba dos escenarios para la situación de Grecia, en un caso se mantiene en la moneda común después de una negociación política con los líderes de Europa que reduzcan el costo económico que los ciudadanos están pagando por la reestructura económica, el otro escenario es un divorcio amistoso del euro, reintroducir su antigua moneda (dracma), reestructurar con sustancial descuento la deuda externa, permanecer en la Unión Europea (UE) y obtener un acuerdo standby con el Fondo Monetario Internacional.
Otro escenario que juzgo improbable es la expulsión de Grecia de la zona euro y de la UE, lo que seguramente agravará la crisis económica, política y social que vive ese país, y cuyas consecuencias podrían ser catastróficas.
La salida de Grecia o de cualquier otro país pone en duda la credibilidad del euro, ya que la operación de una moneda común supone un compromiso irreversible de los países miembros con la moneda comunitaria.
Una unión monetaria no es un sistema de tipos de cambio fijo en el que su estabilidad y sostenibilidad dependen de la disponibilidad de suficiente reserva internacional en los bancos centrales (BC) nacionales como en el antiguo sistema monetario europeo. En una moneda común, los BC nacionales operan como agentes financieros nacionales del banco central común y los pagos entre países miembros de la moneda común se consideran pagos interbancarios en un solo país.
Los depósitos de los BC nacionales en el BC común son fungibles y los depósitos del público en los bancos comerciales de un país son intercambiables a bajo costo por depósitos en bancos comerciables en otros países de la zona. Es precisamente esta característica la que vincula irreversiblemente las anteriores monedas de los países miembros a par con la moneda común.
En el caso de la eurozona, el sistema de compensación y liquidación de pagos se llama TARGET2. Mientras sea creíble que los países se mantendrán dentro del euro, el TARGET2 contribuye a la estabilidad del sistema.
Supongamos que una depositante de Grecia transfiere ₤100 millones a un banco comercial alemán desde uno griego. El BCE deposita ₤100 millones en la cuenta del Bundesbank y retira igual cantidad de la cuenta del BC de Grecia. El Bundesbank deposita ₤100 millones en la cuenta del banco comercial alemán que ha recibido el depósito. Automáticamente, el BC griego recibe un crédito por la cantidad de la transferencia a la tasa de interés de política (1%) que mueve al BC griego que hace la transferencia a cambio de colateral o efectivo. En teoría, todos los depósitos en la banca comercial griega, portuguesa, española o de cualquier otro Estado pueden transferirse por medio de este mecanismo a bancos comerciales alemanes. El BCE directamente y el Bundesbank indirectamente están asumiendo un significativo riesgo crédito.
Sin embargo, dado que existen serias dudas sobre la solvencia del estado y de la banca en la periferia de la eurozona, está ocurriendo una corrida bancaria en cámara lenta de los depósitos del público en los bancos comerciales hacia bancos alemanes.
La salida de Grecia seguramente acelerará el proceso y podría disparar un ataque especulativo sobre la banca de la periferia que lleve al colapso de la eurozona.

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